Maty Marín H. *VIVIENDO*

Participación en el reto de Mercedes Soriano Trapero, autora del blog literatureandfantasy.blogspot.com Crear un microteatro o soliloquio sobre la figura de Don Juan Tenorio.  No sé qué sería de mí sin todos estos momentos que me regalo para meditar y con mi cabecita inquieta intentar darle solución a las cosas que se me ocurren. Pero no, por desgracia eso es imposible.  Resulta que hace unas semanas conversaba con una persona que hizo de las suyas, y bien. Pisando todo a su alrededor, lanzando dardos a diestra y siniestra. Y esto me llevó a esta reflexión:    SOLILOQUIO  Recordé al famoso Don Juan de Zorrilla. Pero me daba cuenta de las diferencias y las trataba de alinear. Resulta que, sí que existen muchos hombres conquistadores, que se sienten galanes irresistibles pero, ¿Qué relación pueden tener con aquel Don Juan Tenorio?  Claro que, viéndolo bien, es un pícaro sinvergüenza pero bueno, ¡Hasta poeta! Mientras que los "actuales", son burdos y hasta elementales. Recuerdo

  Me han alegrado esta mañana. Me ayudaron a hacer una respiración plena y total. Mirarlas, descubrirme a mi acecho y de pronto volar al balcón de enfrente como un poco "alertas". ¿Alertas? Y es cuando recuerdo a tantas y tantas que han pasado por mi vida, que he visto volar, que han llegado a mi balcón. Aquella palomita blanca que mami y yo relacionábamos con el Espíritu Santo por la maravilla de que llegaba a diario a diario sin falta sin falta a nuestro balcón por un poquito de comida, sabedora de que habría allí  sustento siempre para ella y tranquila de que no le haríamos ningún daño. No, ella no se equivocó.  Y hubo una que mi hermano José, que goza ahora de la Gloria de Dios, quiso ayudar. Inocentemente la metió en una jaula mientras se curaba la herida en una patita. Murió, ¡Qué pena, José! Te dolió, nos dolió, porque ella murió de estrés. ¿Se equivocó ella? Nos equivocamos nosotros, y fue por amor pero nos equivocamos. Todo esto me recuerda la canción de Serrat. Y me

  Fotografía de Nieves Placa Se dice fácil "seis décadas". Y sigue siendo RAPHAEL. "El mismo", dice él... Y sí, pero con MÁS de todo: humanidad, simpatía, ¡VOZ! Y la cuestión es que ya son seis generaciones que lo siguen. Esto es de emocionar de verdad, ver entre su público a gente de todas las edades aplaudiéndole, gritándole. Gente emocionada y muy, muy agradecida con el arte que él derrocha sobre el escenario. Nada más comienzan los acordes y hace su aparición es es la locura total. Esa locura buena, linda, que hace tanto bien al interior. Los que lo hemos vivido desde sus inicios vamos acompañados también de una dosis de nostalgia bonita, esa que hace cosquillitas y llega a sacar una lágrima de emoción. No se trata de hacer aquí una reseña del concierto del pasado 17 de abril en Ciudad de México porque esas ya las hacen, y bien, los encargados de prensa. Pero sí de compartir la vivencia que fue única, vivencias que con el paso de los años se clavan, se sienten y

  NUEVAMENTE, TEATRO MEXICANO. Basada en el mito de la Coatlicue, Itzel Lara, dramaturga, nos presenta esta propuesta con un ingenio que pone al alcance de todos. De nuevo, la Compañía Nacional de Teatro. Bajo la dirección de Hugo Arrevillaga Y la magnífica actuación de Judith Inda, quien hace el papel de Elena, una mujer que se niega a ser madre, que NO lo desea, quien determinantemente rechaza esta posibilidad. Los técnicos hacen un gran trabajo perfectamente sincronizado. El audio y los videos que acompañan a la obra le dan un matiz único y crean una atmósfera especialísima que nos transporta al interior del sentir de esta mujer, de Elena. Música en vivo le da vida a esta representación imitando los sonidos de la Naturaleza: un gorrión, ramas secas por ejemplo. Elenco: Judith Inda Miguel Angel López  Santiago Valdés Badillo Natalia Pérez Turner Dirección: Hugo Arrevillaga Serrano  Es un esfuerzo impresionante el que realiza todo el equipo, y se ve reflejado en escena. En verdad Judi

AMISTAD Es la palabra.   De las cosas más bellas de esta vida, poder hablar de AMISTAD y vivirla en carne propia. Un privilegio enorme.  Él es ABEL, Abel Cárdenas. Trato ininterrumpido desde hace más de 40 años, y a pesar de haberse ido a Japón... Por un año, y haberse quedado toda la vida, casarse y tener un hijo japones. Cada vez, cada viaje un encuentro, como encuentro había a diario en aquel tiempo.  Encuentro humano, no un simple "tropezón".  Nos conocimos en nuestro sitio de trabajo. Él, uno de los profesores más prestigiados de aquel Instituto. Amigo de todos. Alegre, siempre sonriente, tremendamente hiperactivo. Yo, en la parte administrativa, en  la cuestión de los asuntos culturales de esa institución.  De verdad que al escribir estas líneas, siento un profundo agradecimiento y una muy especial emoción. Este hombre me ayudó cuando más lo necesité. Así, sin más, sólo porque sí. En una de las épocas más difíciles de mi vida, cuando ni yo misma me entendía, cuando se m

   "Algo debe haber tenido aquello de humano" Algo Debe Haber Tenido de Humano... Algo Algo ... Ohhhhhhhhhh!!! "Esa paz que tú me das"  "La mitad de lo que soy es por haberte conocido". Y dice, y desdice. Y se retracta. Y no sabe. Ni siquiera se entiende a sí mismo.  Camina con una sombra. Sí, caminar sí, camina. Un paso. Otro paso. Pasito a pasito, y no llega a ninguna parte. No reconoce ese destino, mas es allí. ¿O no es? ¡Qué es!  Pies engañados, quehacer evasor. O eso, o morir.  ¿Será su propia sombra? ¿Será un espíritu? Mudo, pertinente el que observaba todo. Tampoco es capaz de verlo.  "Te daba Paz. Viviste esa paz. Lo dijiste mil veces.  ¿No lo recuerdas acaso? " No...        Sí...                "¡No sé!  Y dice... ¿Habrá sido? Quiero pensarlo, eso quiero, pero estoy en un dilema ". ¡Y no es el principio, es el final!  Pero bueno, cuando le quita la calidad de "humano" a lo vivido aduciendo que solamente privó lo mater