CASI PIERDE A DIOS
Una familia grande, muy unida. Amorosa, comprometida. Y sin embargo, un buen día, en la edad en la que suelen ocurrir estas cosas: plena juventud, edad de querer comerse el mundo a bocados bien grandes, todos los hermanos, hijos de Pepa y Pablo Martínez, ya tienen decidido su camino. Todos tienen muy claro lo que desean en la vida, el rumbo a tomar, sus deseos, ilusiones y ambiciones. ¡Se llevan tan lindo! Unión familiar, de esas que no siempre se dan, o bien no siempre son tan lindas. Aunque bien sabido es que no existe la perfección, estamos hablando de una familia y de un amor que los une, que son una maravilla. Luz, ¡Vaya situación en que se llega a encontrar Luz! Así es, Luz es la única de los seis hermanos que está indecisa. Más que indecisa, está desorientada, no hay nada claro para ella en el panorama que ve ante sus ojos. Y algo en su interior siente que le dice, que le susurra que debería ser como sus hermanos. No se perdona a sí misma (aunque ni siquiera se da cuenta) el