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Mostrando las entradas de enero, 2024

UN HOMBRE NOMÁS

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 ¿El dolor despierta el alma, o la adormece? Caminaba descalzo por la playa, los pantalones enrollados a media pierna. El agua del mar igual lo mojaba y parecía no importarle, su andar era inconstante, a menudo llevaba el antebrazo hacia su frente, como un lamento. No le pude ver los ojos, los imaginaba y me daba un escalofrío.  Dejaba sus huellas, algunas quedaban por allí y otras el mar las deshacía, esto me recordaba que todo se va y todo regresa, todos los ciclos se cumplen. Y seguía, y seguía. El gesto del antebrazo sobre su frente lo repetía. Alguna huella se resistía a ser borrada, se resistía y dejaba señas como diciendo que algo que se impregnó con tanta fuerza, salido de un ser, no podía irse así... y ya! ¿Cuántas horas habrían pasado? Ya oscurecía, ese parecía ser SU mundo y pertenecerle solamente a él, cuando en realidad parecía reclamar a las estrellas justamente un sentido de pertenencia.  Su camisa estaba desacomodada. Una camisa azul celeste a rayas, por un lado enganch

ENAMORADA DE NAYE

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 Desde que tuve el gusto, el placer y la suerte de conocer a NAYE, se despertó en mí una simpatía sinigual ante un ser de otro lado, un duende travieso y amorosísimo de la familia de los Lunay, hijos de la Luna. Su creadora: Mercedes Soriano Trapero, nuestra querida amiga Merche, Doctora en Filología Hispánica.  Un espíritu fantástico, sin duda. ¿Qué daño puede hacer a la vida un poco de fantasía? (O un "mucho").  Este libro es una delicia. Una delicia que como tal se goza, se saborea, se disfruta, se paladea. Desde la naturaleza de este lindo y travieso duende, hasta todo lo que viene a realizar a la tierra. Todo lo que viene a ayudar, cómo compagina con los sentimientos humanos y cómo él mismo, aún siendo un ser mitológico, tiene tanto de humano que se mezcla con ellos al grado de disfrutar las patatas fritas y los deliciosos brindis con Cokkes.  Naye es gracioso, es divertido. Aunque en un principio pone un poco de "malas" a quien recibe de él ayuda, se acaban en

A SONG FOR YOU

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  Que paren el reloj, igual que aquella tarde que encontramos el amor... Emociones, siempre. Lo vivido.  Que suban esa música, están poniendo nuestra última canción. ¡Hay tantas cosas imposibles de cambiar!  Y así transcurre la vida, mi vida, llena de evocaciones que me conforman en mi hoy, porque soy por lo que fui y por lo que viví. Una nochecita en Av. Reforma de mi ciudad, hace muchos años ya, la lluvia me acompañaba y yo en un teléfono público preguntaba por mi tocadiscos. Ese que yo había encargado a alguien que viajó. Y sí, me lo trajo. Ansiosa y emocionada, con la fuerza que ahora no tengo, caminé hasta tenerlo conmigo. Era pequeño, pero para mí era el más grande. El más. El más. Así llegaba de trabajar y me encerraba en la obscuridad y sin las cortinas,   para ver ese cielo negro tan bello, y mi tocadiscos desde ese día fue mi compañero fiel. Y la banda sonora de mi vida seguía, y yo cerraba los ojos y me embriagaba con los acordes de Them from Mahogany. Y la ponía una vez, y

GARABATOS DE VIDA

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  Para vivir con sentido, para SENTIR  que se está a fondo, en carne viva.  Estamos haciendo o no haciendo nada y el impulso es tomar un papel y ponerse a dibujar garabatos. Múltiples formas, todos los diseños y diferentes fuerzas imprimidas en su trazo, dicen los que dicen que "revelan nuestra personalidad". Los garabatos mentales me gustan. Camino y rayo al por mayor cuanta cosa se me presente. Y si no, garabateo la nada. ¡Cómo voy a dejar a ese espacio vacío solito y sin manifiesto alguno! No no, imposible. Le pongo mi sello en mi mente, que el Universo confabule para que mi paso por allí no sea en vano. Definición de "allí": lugar en el que mi nave imaginaria descansa los segundos necesarios.  En la obscuridad de mi alcoba, se pueden presentar cualquier cantidad de posibilidades en mi mente. No las dejo solas. Podría, pero no. No quiero. Les doy una estructura afin a mí (claro, si no, a quién). Y entre que llega un zumbido en el oído que diga que estoy en proce

PARA CONTAR HISTORIAS.

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  Contar historias, sean inventadas o reales. ¡Mi sueño, el de tantos! Plasmar realidades y sentires, vivirlos aún más porque al verlos reflejados adquieren otro matiz. Se viven más, de una manera diferente, y dan paso a muchos panoramas más que los que palpamos en cada vivencia. Al adquirir la conciencia de que se está dentro de esa historia de la manera que sea, ficticia o realmente, la hace más plena. Es una magia auténtica. Vida abundante, paladear,  degustar los momentos desgranándolos hasta lo más mínimo.  Inventar las historias es crear mundos que no nos son ajenos, esa ficción puede ser la realidad de otros. Las imágenes de seres vivos y sus situaciones dan la pauta para ponerles forma, los sabores y aromas que van adquiriendo conforme se desarrolla la recreación del caso de que se trate. Si son sueños, ¡Se vale soñar! ¡Pero por supuesto que sí! ¿Qué sería de nosotros sin nuestras cajitas mágicas, las musicales, las de sorpresas y las de mundos imparables que rondan a lo largo