UN HOMBRE NOMÁS

 ¿El dolor despierta el alma, o la adormece?




Caminaba descalzo por la playa, los pantalones enrollados a media pierna. El agua del mar igual lo mojaba y parecía no importarle, su andar era inconstante, a menudo llevaba el antebrazo hacia su frente, como un lamento. No le pude ver los ojos, los imaginaba y me daba un escalofrío. 


Dejaba sus huellas, algunas quedaban por allí y otras el mar las deshacía, esto me recordaba que todo se va y todo regresa, todos los ciclos se cumplen. Y seguía, y seguía. El gesto del antebrazo sobre su frente lo repetía. Alguna huella se resistía a ser borrada, se resistía y dejaba señas como diciendo que algo que se impregnó con tanta fuerza, salido de un ser, no podía irse así... y ya!


¿Cuántas horas habrían pasado? Ya oscurecía, ese parecía ser SU mundo y pertenecerle solamente a él, cuando en realidad parecía reclamar a las estrellas justamente un sentido de pertenencia. 


Su camisa estaba desacomodada. Una camisa azul celeste a rayas, por un lado enganchada al pantalón y por el otro suelta, torcida además. Era el grito descarado de que la apariencia le tenía sin cuidado. Su cabello obscuro, rizado, al vaivén del viento parecía decir que era lo único libre en ese momento. El cuero cabelludo estaba mojado de tanto andar, los rizos enrollaban algunos granos de arena. 


A pesar de ser suave la arena, sus pies estaban lastimados. Los pies de quien camina de esa manera y al parecer sin rumbo, y quizá... ¿Sin final? ¡Todo tiene un final! Él parecía ignorarlo en ese momento. Las piedritas le hicieron sangrar, las algas que salían a la orilla, algún cristal. 


                  **************


Yo lo miro, yo lo toco y él no me siente. Yo hablo, y mi voz se evapora. Estoy tan presente y tan ausente a la vez... Ausencia y presencia, qué rara sensación de quien sentir ya no, ya no porque es presencia etérea, la más certera, la más extraña. ¿Pero quién ha dicho que no? Esto es verdad, esto es traspasar con mis manos su cuerpo buscando tocarlo y... Pero no, no me siente. Es el hombre de mi vida y no me siente. Dije que nunca lo abandonaría y aquí estoy, pero no lo sabe. Mi ausencia es sólo física, se lo quiero hacer saber. Nos volveremos a ver,  también quisiera que él lo sepa. 


Su agonía es mía, acaricio su dolor, amo su esencia. 


Nos volveremos a ver,


        Nos volveremos a ver...


Descíframe en tu aliento. 




Comentarios

  1. ¡Uy Maty! Un escrito que pareciera muy personal, lleno de sensibilidad, y sobre todo de amor hacia alguien que ya no está o que se está perdiendo por alguna razón. Me conmovió. Te dejo un abrazo fuerte.

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    1. Muchas gracias Ana! Los sentimientos son afines a los seres humanos (por supuesto que no en todos los casos). Abrazo fuerte para ti también!

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  2. Hola, Maty, como dice Ana es un escrito muy personal, esperemos que ese hombre solo sea la metáfora o la representación, más bien, del dolor, de la angustia, que personificas en él. Y luego con dos mitades el texto, como dos partes, algo más encierran esas líneas... Una reflexión muy, muy profunda.
    Un abrazo. :)

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    1. Merche querida, no es personal, pero me cala el dolor humano. Me inspiré en una canción de un hombre que caminaba descalzo en la playa. Ya no recuerdo cuál era. Pero aquí quise darle un tono conjetural, porque se presta a varias interpretaciones y es válido. Abrazoooo!😊😊😊

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  3. Hola, Maty! Un relato lleno de sensibilidad. Al final el dolor puede adormecer o despertar... creo que depende de la persona, circunstancia, etc. Me ha llegado al alma.
    ¡Un abrazo gigante!

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    1. Yolanda qué linda, muchísimas gracias. Abrazo para ti también!!! 😊🌹

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  4. Ir a dar un paseo por la playa al atardecer cuando ya no hay casi nadie me reconforta el alma. Eso es lo qué pretendía ese hombre? El dolor era mutuo? Un abrazo Maty

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    1. Creo que ni él mismo sabía lo que quería Federico, estaba como perdido. Sí, dolor mutuo. Abrazos grandes amigo! 😊

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  5. Conectar dos mundos, dos frecuencias, dos dimensiones, el dolor de percibirlo y de no poder hacerlo, de estar allí, sin estar, sin embargo el dolor del otro duele, se siente, querer decir que se está y........ duro momento, algo muy profundo, muy íntimo, muy personal, abrazo grande Maty

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    1. Muchas gracias querida Themis, así es que es. Gracias de verdad. Un abrazo sabor a café 😘

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  6. Vaya relato, Maty, conmovedor... Lo leí dos veces y saqué la siguiente conclusión: es como si hubiese leído el sentir de alguien que ya no tiene físico pero puede ver el dolor de un ser querido que aún tiene cuerpo, y sufre, y le da igual todo porque piensa que todo tiene un final, sin embargo nada termina, porque cuando algo termina otra cosa comienza y la vida es constante, pero para los que se quedan cuando marcha alguien querido, marchó un final que sin embargo no es tal. Es doloroso, y el alma siente el dolor cuando alguien a quien hemos amado se nos ha ido a otro mundo, sin embargo el que no tenga cuerpo no significa que NO siga existiendo, y siga amándonos, y cuidando y viendo.. y hasta sintiendo nuestro dolor.
    Un relato que cala en lo profundo, y has sabido muy bien transmitir esas sensaciones que parecen reales. Gracias, por esta sensibilidad que te acabo de leer.
    Un gran abrazo, bien reconfortante.!

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    1. Mila Mila, te lo he dicho ya en varias ocasiones. Pareces estar dentro de mí. Creo que con eso, te digo todo y te mando abrazo de vuelta y cuatro más. 😉🌹❤️

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  7. Como siempre, diciendo las cosas desde adentro. Espontánea.

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    1. Alí! No morirás nunca. Te estaba pensando el otro día, pasarme por tu blog y te apareciste!
      Gracias por eso y por tu comentario. Saludos!

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  8. Uauh!! Me he emocionado Maty. Precioso.
    Cuando más lo necesito siento la caricia de mi padre (fallecido hace mucho), en la mejilla derecha como si algo fresco me pasara. Quizá sugestión o necesidad... o no. :-)
    Abrazo grande

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    1. Me alegra mucho que te haya gustado Amaia. ¿Sabes algo? Yo creo en estas cosas, no creo que sea sugestión o necesidad. Ellos están, siguen existiendo. Un abrazote 😊

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