LUCES Y MÁS LUCES
Son todas esas que iluminan mi ánimo y me llenan de alegría. Que mirarlas me provocan una caricia en la mejilla, por una mano tibia y dulce que ni siquiera puedo saber de dónde viene. Luces que cuando comienzan a verse en la ciudad me traen paz y contento y el secreto al corazón de que todos merecemos esos momentos de paz y tranquilidad. Vivimos en un mundo tan convulsionado, tanto! Pero siempre hay algo, siempre. Cuando en una época del año de pronto se ve la ciudad con LUZ que promete, con LUZ que embelesa, que da alegría interior y que te hablan diciéndote "vendrá algo mejor, tienes derecho a un obsequio, a un regalito para ti y sólo para ti"... Pero así, así para todos y cada uno de los que te rodean. Cuando esto sucede, hay paz. Y esta es la primera promesa: paz. ¿Podríamos decir también una "tregua?" Y se respira otra atmósfera. Ves a los pequeños y a los no tan pequeños patinar, correr de aquí para allá, confundir a cualquier barbón que anda por la calle