SALONES DE ILUSIÓN Y VIDA
Danzar, bailar, moverse, flotar en el aire, viajar en el tiempo al ritmo de una música sabrosona y peculiar como es el danzón. De movimientos elegantes, fluidos, cadenciosos, de origen cubano-mexicano
No sentir siquiera el movimiento, sólo dejarse llevar. No hay cansancio que valga, glamour a tope. Personas mayores en su mayoría con sus parejas, algunas de hace muchos años. No pueden parar, no lo pueden dejar, si alguna vez no van al Salón Los Ángeles algo falta. Bueno, ¡Falta todo! Esto es cuando bailar, es la vida toda. El motivo total, la razón más completa.
Su fama es tal que lo visitaron figuras como Mario Moreno Cantinflas, Diego Rivera, León Trosky ¡Nada más, nada menos! Su inauguración fue en el año de 1936.
El Salón Los Ángeles en México tiene una tradición de hace muchos años, hay un dicho que reza "si no has ido al Salón Los Ángeles, no conoces México".
El ambiente se siente tan único, tan diferente a todo. Es casi una religión, es fluir con el reloj ignorándolo, solo se mira cuando se cuentan los segundos que faltan para un nuevo encuentro con la luz de fiesta, con el acorde de las notas musicales, con el sabor y el amor por un tiempo pleno de nostalgia y de vida.
Ver las caras de los bailarines cuando conversan sobre el asunto de la danza, cómo se preparan (todo un ritual), el vestuario y maquillaje en caso de las mujeres, los hombres algunas veces vestidos de pachecos. Las mujeres con lentejuelas, todo menos sencillez: glamour, pestañas postizas (de las más grandes). Altos tacones, vestidos de lentejuelas.
Pero la devoción, (sin temor a usar esta palabra) que tienen por este ritual tan suyo, es conmovedora. Realmente enternece escuchar lo que significa para ellos. Todas las vidas son importantes, cualquiera que sea el flujo por el que se hayan guiado. Lo maravilloso es vivirlo con pasión, con esa pasión que contagia cuando se les escucha decir que ahí es otro mundo, o que en ese salón conocieron a su pareja, la vida que sienten dejándose llevar a través de esa música muchas veces en vivo. Bueno, el danzón se llega a bailar hasta en plazas públicas. Hay muchos salones de bailes de diferentes estilos, todos son importantes para sus visitantes. Pero en este caso, el danzón es más que especial.
![]() |
Pachecos. Fotografía de Pinterest |
Este emblemático salón tuvo su auge entre 1950 y 1960 y, aunque después pasó su mejor época, la cuestión es que sigue y sigue, no se detiene.
En los detalles simples está la magnificencia de la vida. Simple pudiera parecer a los ojos de la insensibilidad que los pies vuelen sin tocar el suelo y que el cuerpo trepide sin caer siquiera en la cuenta. La nostalgia se apodera de aquellos cuya piel marchita no refleja una realidad plena de sabores, de colores y de estridencia. Eso es el DANZÓN, ellos los danzantes, los amantes de la vida, los que atrapan el tiempo en un puño tan tan fuerte, como quien al seguir volando en esa aventura encuentra toda su razón.
Sí que viven la vida y la viven bonito, como quieren, como desean y no hay nada ni nadie que se interponga.
Hola Maty, nunca he estado ahí pero gracias a tu descripción imagino lo increíble que es. Me recordaste una anécdota: cuando era niña, mis abuelos vivían en la colonia Portales, que ya de por sí era bien popular en esa época (no quiero imaginar cómo está ahora, jejeje, yo ahora vivo en Xalapa y poco voy a CDMX). Las chicas que llegaron a apoyarnos en casa tenían mucha ilusión por ir a un tal "California Dancing Club" un lugar donde iban a bailar y bueno cuando visitábamos a los abuelos ellas les pedían a mis papás que si podían acompañarnos y se iban a bailar. Una vez fuimos de curiosos y la pasamos genial viendo a la gente bailar y feliz. No importaba nada más, quizás en esa noche se gastaban un montón de $ que no tenían pero ellos eran felices. Alguna vez que esté en México visitaré el que me dices, que se nota que es de más categoría. Gracias por traerme este recuerdo Maty. Siempre es agradable leerte.
ResponderBorrarAvísame y vamos Ana, que yo tampoco he estado allí. Lo que cuento se basa en todo lo que he visto de ellos a través de reportajes, de entrevistas, y la verdad son personas que que me llaman mucho la atención. Gracias por lo que me dices, un abrazo grande.
BorrarHola, Maty, wow, dan ganas de ir, ¡yo quiero! ¿Nos vamos, Maty? Cojo el helicóptero y ya mismo estoy allí.
ResponderBorrarTiene muy buena pinta y luego con la cantidad de famosos que lo visitaron, es historia viva de la vida.
Gracias por ponerme los dientes largos, jeje. 😉
Un abrazo. 🤗
Jajajajaja Merche con los dientes largos. Pues vamos Merche, que yo tampoco conozco el lugar en vivo y a color, pero tengo la obsesión. Abrszossssss!
BorrarHola Maty, que bonito lo expones. Dan ganas de ir sin duda alguna. Me encanta estas entradas y conocer más de tu tierra, lo cuentas con tanta pasión. Eres única.
ResponderBorrarUn abrazo enorme!
¡Muchas gracias Mari! Qué lindo que sea de tu agrado. Y sí... Dan ganas de ir, porque yo nunca lo he hecho. Tengo ese sueño, de dejarme embriagar por ese ambiente que hace a tanta gente tan feliz. Simplemente, sentarme y verlos bailar y claro, platicar con algunos de ellos. Un abrazo fuerte 🤗
BorrarMaty, me has hecho bailar en mi mente.
ResponderBorrarPorque no hace falta haber pisado nunca el Salón Los Ángeles para sentir que uno ha estado allí después de leerte. Lo que cuentas no es un lugar ni una tradición: es una forma de resistirle al tiempo, al olvido, a la rutina. Es casi un conjuro.
Me ha encantado cómo describes a los bailarines, no como personajes pintorescos, sino como personas que han decidido que la vida merece ser vivida con ritmo, con lentejuelas y con ritual. Hay algo profundamente hermoso en eso de “atrapar el tiempo en un puño tan tan fuerte”...
Gracias por traernos este rincón de tu mundo, Maty. Siempre que bailas con las palabras, aquí hay alguien que se deja llevar.
¡Un fuerte abrazo!
¡Hola querido Miguel! Y fíjate que nunca he estado allí, ni tampoco bailo. Simplemente he conocido a estas personas a través de sus rituales, he visto infinidad de reportajes y la verdad es que me conmueven hasta el tuétano. Sí, es una forma de vida y yo creo profundamente que todas las vidas valen la pena, que todas tienen ese "algo" que enseñar. Un abrazo muy grande amigo 🤗
Borrar