EL HOMBRE DE LAS ESTRELLAS

 Gracias a él, el mundo es mejor.

Francisco Gomicia (@im.gomicia) fotografiado por Juan Carlos Leguey (@jcleguey)

Ahí estaba Francisco como siempre, ansioso y extasiado, con un cúmulo de emociones muy difíciles de explicar con  palabras.  Absorto, inmerso. Profundamente las cavilaciones se entrecruzan en su alma y disparan en sus emociones al ver esa inmensidad. No se siente pequeño ante ella, sino participa de esa creación maravillosa. Eso sí : no deja de sorprenderlo, por eso mismo está justo así. Y maravilloso es poder estar allí, y no dejar de hacerlo es su pasión. No es un compromiso, es un pacto con esta vida sondear los misterios y la GRANDEZA de esta creación. 

Algo grande es Francisco al conformarla, al ser parte de todo. Porque sí, es parte de todo. Las horas de espera allí de madrugada... A veces frescas, a veces con un poquito de calor, todo merece la pena cuando se trata de ver aparecer eso que desea firmemente plasmar, dejar reflejada esa obra tan impresionante. Es como ser co-partícipe al poner de sí en ello, al dejar en la impresión de ese momento único e irrepetible parte de su ser. 

Y así pasan las horas, una y otra y una tras otra a la espera, en una contemplación profunda y en una meditación inevitable ante tal espectáculo.

Si se cumple el objetivo es algo en único, y si la estrella no aparece vestida del color que él la esperaba igual la abraza y la plasma, sabiendo que mientras haya vida seguirá la esperanza, el saberse parte de un "más allá" muy, muy cercano y sutil. 

Gracias, Francisco.