VIVIENDO -MICROTEATRO.

Participación en el reto de Mercedes Soriano Trapero, del blog

literatureandfantasy.blogspot.com

Característica: 

Una obra o monólogo en la que sea yo quien protagonice.

 

Monólogo

Tres actos

Primer acto:  Maty en sus primeros años. 

 Segundo acto:  Maty joven

Tercer acto: Maty, mujer mayor

Primer acto

Maty en sus primeros años.

No puedo comprender qué es esto que llaman "vida". En verdad, me cuesta trabajo hacerlo.  Hay muchas encrucijadas y muchas preguntas sin respuesta.

Miedos, quebrantos. Ah pero mucha alegría también. Pícara, traviesa y muy regañada. Inventando de todo y danzando al compás de cada momento.

Algo de lo que más me gustaba era hacer reír a mi abuelita, el primer gran amor que se me fue al Cielo. Le preguntaba entonces cómo fue su primera vez con mi abuelito, si ella ya sabía lo que le iba a suceder, si era verdad que existían esos camisones largos con un agujerito en salva sea la parte y en plena obscuridad ocurría todo. Jamás obtuve respuesta (en realidad, no la esperaba). Se moría de risa, eran tan gustosas sus carcajadas que el aparato urinario le jugaba alguna broma y dejaba una pequeña huella en su silla de ruedas. 

Lo que no me gustaba, eran los golpes. Me dolían, me dolían mucho. No me agradaba el miedo.

Segundo acto

Maty de joven.

Bueno, al mirarme al espejo y notar que mi infancia se había ido (como dice la canción de Julio Iglesias), me intrigaba por demás lo que me esperaba. Todo era un misterio, a veces las ganas de vivir se iban de paseo. ¡Y eso no es lindo, de verdad que no!. El no entender por qué se está aquí, para qué, sentir un enorme vacío, además de estar a merced de otros que siempre ganaban por ser los más adultos, ese monstruo gigante e invisible que me aplastaba y seguir preguntándome si era verdad lo que me habían enseñado en el catecismo: que me quemaría en los infiernos por toda la eternidad por haber tomado las tijeras del costurero de mi abuelita y no habérselo confesado al cura. 

La alegría me salvaba cuando podía evadir todo eso. Era un refugio (aunque siempre se presentaba ese miedo escondido), y mi radio de transistores era mi nave espacial. Y... La pregunta, ¿Llegará el amor a mi vida?

Tercer acto

Maty, mujer mayor

Pasaron los años. En un parpadeo, como un suspiro. Aprendí muchas lecciones. Reí mucho, también lloré y gracias a eso ahora el estado es de plenitud total. Ya no hay golpes, el sol brilla, amo a los animales, tengo un árbol con el que platico y sabe todos mis secretos. Sigo riendo y salen más arrugas, ¡Bienvenidas! También he vuelto a llorar, pero eso es la vida. Mi compromiso mayor es conmigo, mi meta es vivir cada segundo. Y amar. Amar. Amar. Nada más nos llevaremos de aquí. Y también, VIVIR. Es terrible cuando alguien se tiene que despedir de este mundo sin haberse dado cuenta de que ha estado aquí.

No todo es color de rosa, pero vivir a conciencia es algo impagable.

"Vida, nada me debes.Vida, estamos en paz".