DOS REALIDADES, VIDAS PARALELAS

La vida, muchas muchas veces se puede decir que es una maravilla. Y lo digo así por el respeto que me merecen aquellas personas que viven en situaciones extremas y anómalas, que sobreviven a sus circunstancias.

Pero, en un caso relativamente "común"... Todas las vidas importan, todas! Todos absolutamente somos seres humanos, personas con una voz y cada quien con su entorno ha hecho lo que ha podido. 

Aquí está la historia muy real de dos octogenarios, muy opuestos entre sí. 

HOMBRE DE SOMBRAS 

En la octava década de su vida,  sufre amargamente teniéndolo todo. Y sufre mucho. No obstante que a los ojos de cualquiera que lo mire desde la barrera, no hay explicación aparente para sus quebrantos.

Nació y vivió en una familia llena de prejuicios. (Con alguna honrosa excepción que por desgracia partió pronto de este mundo). Aferrados al TENER y no al SER. Grave desazón le causaba ver al que tenía más en el terreno material, su vida se enfocó a este apartado: COSAS, riquezas. 

Su situación fue acomodada y propicia para vivir en calma, pero nunca lo supo. No tuvo carencias, pero jamás se enteró. Nunca vio lo que podía sostener con sus manos sino solamente aquello lejano a sus posibilidades y que otros poseían. 

Ahora, con una salud mermada por el paso de los años y por una actitud que mucho le dañó y no solamente a él, sino a las personas que le rodeaban, se queja a diario. Y se suma a todo esto una cadena de temores que no lo dejan ni conciliar el sueño, se lamenta del pasado y también de lo que aún no ocurre. Su afán de protagonismo no le deja disfrutar la dicha de ser libre, pues él es su propia prisión.

Sus buenos sentimientos, porque los tiene, son superados por todo lo demás que tanto le atormenta.

POBRE HOMBRE! 

HOMBRE COLOR ESPERANZA 

Él nació y creció en una familia normal, común. Con mucho amor y algunas desavenencias, como es normal. 

Su juventud se vio abrazada por las vicisitudes propias de cualquier persona de su edad: el papá que domina, rebeldía natural. 

Estudioso, con una memoria privilegiada y siempre ávido de saber. 

Corrió por aquí y por allá, donde la vida lo iba llevando y también paladeando algunas aventuras y circunstancias, conociendo a gente que en el futuro sería recordada.

Su sonrisa es eterna, es su característica externa más notoria. Él va a cumplir 80 y prepara ya la fiesta en la que compartirá con sus seres queridos, un acontecimiento de esta naturaleza. ¡No todos llegan! Y menos en un estado de plenitud, por fortuna goza de buena salud y de amor por la vida y, algo muy importante: amor propio. Mientras más aprende a amarse con los días, más da a los demás.

Goza todo cuanto tiene a su alcance: agradece cada amanecer, disfruta cada día tanto al comenzar como al terminar. Vive en plena libertad, disfruta de la tranquilidad que ofrece la gratitud hacia todo, lo bueno y lo malo.

Ama la vida y la vive plenamente.

¡APRENDIÓ A VIVIR! ¡SABE VIVIR! 

Aquí hay dos enseñanzas, dos procederes y dos humanos. ¿De qué puede depender una u otra actitud? Podrían hacerse análisis, son asuntos de muchas aristas y algún debate o intercambio de opiniones no serían de utilidad.

Simplemente, estas dos vidas, caminos paralelos, polos tan opuestos, han vivido muy cerca el uno del otro porque la vida los unió AÚN con sus circunstancias tan opuestas. Y esta es la enseñanza. 

Es la vida, es así. La felicidad es el modo de caminar, la forma de amar, de amarse y de vivir plenamente. No puedo descifrar los cómos o los por qués de cada quien.