TODOS LOS CICLOS SON ÚNICOS

Se va Octubre, se va. Quedan unos días para gozar de la delicia de saber que este mes así se llama, que se le vive y se le siente, que se le goza y se le sufre.


La vida no se detiene y lo único constante es el cambio, esto es definitivo. A veces quisiéramos cobijarnos en un pedacito de vida, en un trocito plácido y solariego para hacerlo permanente. Y sí, permanente será siempre en el recuerdo, mas no en el correr de los tiempos, de los minutos y de los segundos.


Nunca podemos dejar de bailar al son que nos toca el calendario. De hecho, me gustan los calendarios. A pesar de que una vez me cuestioné sobre la medición del tiempo, sobre marcar con nombres y números nuestras vidas y cada vivencia y alguien me dijo (lo sabía ya, claro) "de alguna manera se tienen que medir los días". Claro, y para eso hay una astrología, la vuelta al Sol y su medición, etc. Pero pensaba qué tal sería en la eternidad. En esa maravilla de eternidad y Paraíso que Jesucristo nos prometió y que será la próxima parada de este viaje. Así es, este viaje pareciera terminar pero no, no. Es un nuevo principio, un nuevo comienzo, otra etapa en otro plano. Se dice de la luz más blanca, luminosa y maravillosa que ojos humanos jamás hayan visto. Se dice que la imaginación humana jamás podrá alcanzar en el plano terrenal en qué nos encontramos ahora, ni siquiera un milímetro de la dimensión de la belleza de la vida futura, de su majestuosidad, de su luminosidad. A eso que le llaman "muerte" y que no es más que otro nacimiento, me preparo como si preparase un viaje porque un viaje es, definitivamente. Aquel para el que no es menester ningún equipaje. Bueno, ni siquiera el cuerpo nos llevamos. Somos almas, y en ellas viajan todas nuestras vivencias y el AMOR que pudimos dar y que recibimos. Eso cargamos, y no ocupa lugar.


Y así, este mes de Octubre como tantos otros, que se presta a la meditación y a la parsimonia, sin exentar el dolor propio del existir, nos regala también las alegrías tan  muy propias de la vida. 


¿Habrá un octubre más? Imposible saberlo, eso le corresponde a Dios. Y al decir esto, siento un remanso en el alma. Ojalá siempre pudiera dejar, como es mi deseo cotidiano, mi vida en Sus amorosas manos. Digo "ojalá pudiera" porque pese a todo, mi esencia humana a veces me pierde en alguna tribulación y sinsabor. Esto es muy natural, pero siempre en la búsqueda de ese abandono que sólo lleva a la PAZ.


De modo que, agradecida por un Octubre más en mi vida (pareciera mi mes favorito, pero en realidad todos lo son), lo favorito en mí es la conciencia de estar y de ser. Recordar siempre que no vinimos a este mundo a TENER, sino a SER. Y para pensar en esto estoy presta cada segundo y cada instante de mi vida junto a Jesucristo. Es inevitable mencionar Su nombre, el nombre de nombres, el Rey de Reyes. Procuro evitarlo por distintas razones que ahora no vienen al caso, pero qué chiste tiene no hacerlo, cuando Él es mi principal razón y el motivo de mi vida?


Termino pues para dar lugar a nuevos comienzos, pisando esas hojas que a mi mamá, tan bella, le encantaba pisar y escuchar ese ruido tan peculiar que se daba al poner el pie encima de ellas. Y así, caminando a su ladito, nuestros pies buscaban más y más hojitas,  ya fuese en el parque o en cualquier calle, esas bellas hojas del otoño que los árboles dejaron caer para dar dar paso al nacimiento de otras en sus ramas, para dar paso a enmarcar una hermosísima temporada de una belleza sin igual dentro del mejor marco (aunque a veces sea tan difícil): 



LA VIDA! 






Comentarios

  1. Sin ciclos no seríamos nada, ni tan siquiera una mota de polvo en un lugar cualquiera. Todos nos iremos en octubre o en cualquier mes, pero deseo vivir otro octubre y otro y otro, y que lo veamos juntas. Un abrazo muy fuerte.

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    1. Sí querida Mar, que sean muchos más y juntas! Te abrazo también muy fuerte 💐

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  2. Los ciclos se repiten, pero en nuestra mano está intentar que no sean iguales.

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  3. ¡Ay Maty! Creo que siempre te lo digo pero tus reflexiones son hermosas, valen oro. Pues si, ya estamos en Octubre, los árboles tiran sus hojas, cumplen con su ciclo como los humanos hemos de cumplir con nuestro ciclo también. Podemos aferrarnos, berrear, patalear pero cada quien se despegará del árbol a su debido tiempo, y es normal y natural. A mí me gusta pensar en lo que viene después. No soy muy religiosa pero creo en Dios, creo que algo hay después de la muerte. Pero no hay que adelantarnos pensando en las aventuras después de la vida; hay que disfrutar el momento o seremos muertos vivientes. Disfrutemos cada pedacito de existencia, como se disfruta un dulce, un chocolate exquisito. Aún con sus pedazos amargos, disfrutemos. Te mando un abrazo.

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    1. Ana, tus comentarios son siempre muy lindos y no sabes lo que te agradezco.
      Te contaré que yo tampoco soy religiosa, la religión es invento humano y en muchas ocasiones responsable de grandes atrasos, por decir lo menos. (Qué bueno que no me oye mi mamá). Pero sí, creo en Dios, conexión directa y estoy segura que hemos de vernos después de aquí.

      No no! No seamos "muertos vivientes", mejor vivos sintientes. Es que eso que puede sonar un poco dramático a mí me ayuda a vivir en plenitud e intensamente. Y es verdad, hay que disfrutar y disfrutar, VIVIR cada momento, cada instante. Hay que ver la magia en todos los momentos.
      Un gran abrazo, Ana ☺️🌹

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  4. Octubre, Octubre, Octubre... La vida continúa. Qué viva la Navidad... Abre y cierra los ojos 👀 ya está llegando... 🤶

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