VIVIR DOS VECES

 Las trampas de la memoria, el diferente final de la vida de cada ser humano. Los vaivenes del tiempo: para atrás, para delante, ida y vuelta o vuelta sin más.

Fotografía de Filmaffinity

Es una película española del año 2019 que plantea esta cuestión que nos atañe a tantos, cómo es que nos va a tocar vivir la última etapa de la vida.  

Y nos atañe primero que nada porque como humanos que somos no vemos "pasar las cosas" sin más. Y además, a muchos nos ha tocado de manera muy directa esto de lo que aquí se plantea.

Dos mentes brillantes (mucho) dejan de serlo por los caprichos del cerebro, que juega sus malas pasadas. La demencia senil, el Alzheimer. El cerebro, como órgano de nuestro cuerpo que también se llega a enfermar. Un órgano muy complejo y caprichoso con sus neurotransmisores y substancias que en el transcurso de la vida la pueden hacer más fácil o más difícil, pero que al final de la misma se pueden deteriorar al grado de ser el principio del fin. Se ha estudiado tanto el tema por los expertos científicos que con estudios pueden determinar si los olvidos de una persona son el deterioro natural por la edad que va avanzando, o un deterioro más grave que lleve al olvido CASI total de lo vivido. Y digo "casi", porque hay momentos de triste, muy triste lucidez, que generan confusión y terrible angustia a quien padece de Alzheimer o demencia senil (sumamente parecidas ambas). La piedra pesada sobre la espalda de quien lo llega a padecer además del sufrimiento de los seres queridos que se ven irremediablemente inmersos en todo este caos.

Ojalá fuese posible el encuentro de dos otrora jóvenes en la edad adulta (adultos mayores) para que alguno de los dos pudiese despedirse de las últimas gotitas de peaje en esta tierra con un poquito, tan sólo un poquito de recuerdo de aquellos años que fueron mágicos, y así "vivir dos veces" algo que los dejó marcados para siempre.

Obliga esto a una reflexión profunda y muy significativa acerca del valor que damos a los momentos, a la existencia toda, a VIVIR, a valorar, a saber que estamos y que el momento es AHORA: ni más, ni menos.

Filmada en locaciones de Valencia, es un drama que no sólo presenta esta situación sino otras fusiones en la vida de los seres queridos de Emilio (brillante profesor de matemáticas) como su hija Julia,  que vive una situación sumamente difícil en su vida personal, más la cuestión de su padre y el dolor que ambas cosas le ocasionan. Todo nos recuerda que la vida es tristeza y alegría casi en la misma medida (hay veces que esto sufre alguna variación), la vida es blanco y negro y hay que manejar lo que se presenta de forma paralela. 

De la directora María Ripoll, hermosos paisajes (también parte de una realidad) enmarcan las circunstancias de los personajes. 

Quien se asoma a estas obras, producto del intelecto y sensibilidad de sus creadores, puede darse la oportunidad de vivir varias vidas en vez de una sola, de cuestionarse sobre los temas que se tratan y verse reflejado en ellos ya sea su se viven circunstancias similares o aún totalmente diferentes, porque la valoración recae en experiencias del vivir a conciencia y depositando todo el amor en cada caso, cualquiera que este sea. 

 A la vida no se le cobran caminos, no se le cobran decisiones. Se VIVE, nada más y... Nada menos. 

Para ti Lucy, primita. Gracias por compartir tanto y tan lindo. Por vivir está historia y sus emociones. Gracias por todo.