LA UNIVERSIDAD DEL AMOR

Seguro que la conoces, esa Universidad que no necesita examen de admisión ni pagar colegiatura ni contribuciones, donde no es dinero lo que cuesta porque el precio es la propia vida.

¡Bienvenido a la Universidad del Amor!

Y no, no es que se tenga que morir para salir de la Universidad del amor. Es más, es un lugar del que nunca jamás se sale. Pero sí, se pasan pruebas cada día y cada instante y muchas veces se trata de "exámenes sorpresa". No avisa cuando te va a dar una lección, no te da un diploma ni un título para colgar en la pared.

Produce adicción, mientras más te da más le quieres dar. Sí, quieres contribuir de una y mil maneras con los incontables regalos que te brinda. Quieres transformarlos siempre en amor y en más y más amor. 

El amor es algo que se reproduce, que se transforma de mil formas a veces irreconocibles. A veces no pareciera amor, pero lo es.

Ahora que me ahogo en llanto por una pérdida (es una de las fichas que hay que pagar) quiero, decido, pienso, siento que queda aún mucho amor para dar. No muere el deseo de vivir la experiencia, sino que se transforma. Crece, se sublima. 

Si no amas no vives, solamente "vegetas". Y aún menos, si recordamos que los vegetales tienen vida. Que a una plantita le hablas o le pones música y ves los resultados. Entonces, mejor pensar que te puedes convertir en ser  inanimado si optas por no sentir por temor a sufrir. 

La Universidad del Amor tiene infinidad de salones de clases: desde una canción, un soplo de aire, un último suspiro de un ser amado. Todo aquello que te hizo un día sentir "maripositas en el estómago" no son más que esas cosquillas que se transformarán en una dádiva eterna a todo lo que te rodea. Mirar esa Luna que es inspiradora y mágica, sientes que te inunda la sensación de ese "no sé qué" que te hace sentir especial, querer dar especialmente eso que estás sintiendo, a alguien porque es demasiado como para no compartirlo, eso: eso es el inicio de un camino que no tendrá final, ni aún cuando físicamente ya no estés en este plano. Porque aún cuando nos dicen que el amor se aprende, esos sentimientos son el cimiento de tu vida. 

Y lo son también aquellas cosas que menos te hubieses imaginado: -un amor perdido  -un amor burlado  -un amor pisoteado   -un amor no valorado   -esa canción de desamor que te hizo vibrar hasta lo más hondo -esa alegría de ver en una pantalla inmensa de cine, de esos cines a los que asistíamos antes de tanto "streaming" (aún los frecuentamos, claro, pero mayormente en tiempos pasados) a una pareja que se profesa un amor profundo, sincero, verdadero y comprometido cuando te la pasas deseando con toda tu alma que se pueda dar, que se realice, que merecen estar juntos, que NO culmine)... todos estos acontecimientos (sí,  son verdaderos acontecimientos) son el caminito que te va llevando por esos senderos que te definirán durante tu vida. 

Es que, el haber sentido todas esas emociones, el haber caído en derrota, el haber derramado alguna lágrima tanto por algo dulce como por algo amargo, ya te están señalando (y aún no te habrás dado cuenta) de que por allí es por donde quieres caminar. JUSTO ES TU PASE DE ENTRADA A ESTA UNIVERSIDAD! 

Deseas con fuerza, cada vez más, el amanecer y el anochecer que sin falta  traen nuevos milagros.  La oportunidad que hay en el transcurso de días y horas para que esa Universidad del Amor siga formando tu ser y definiendo tu vida.

Los milagros se dan a cada instante, seguro que lo notas, seguro que los sientes y los paladeas, los agradeces y los bendices! Porque los milagros se dan cada segundo en las cosas aparentemente más simples, más sencillas. 

Dicen por allí que todo lo decide uno. Con profundo respeto a cada manera de pensar, yo no lo creo así. El mar de la vida en su loco vaivén, tanto cuando está  bravo como cuando es ese mar tranquilo, con el ir y venir del oleaje y con toda la arena que te quede pegada a la piel, vas navegando cual barquito de papel por tu propio Universo y lo pintas de los más evocadores colores, esos que más te dicen y más te inspiran.

La Universidad del Amor pues, tiene como única encomienda encaminar a las almas que tienen en lo más profundo la férrea voluntad de querer hacerlo posible. De querer transformarlo todo, todo, en amor. 

Así que si estabas escuchando esa tan dulce y romántica canción que te llegaba a lo más hondo y todo tenía sentido, si en ese momento eras vulnerable porque tu alma estaba en formación, en preparación para la vida, no era más que tu vocación y deseo infinito de pertenecer a la Universidad del Amor. Y cuando aprendiste que el amor es una decisión, cobró sentido esa vocación. 

El amor no tiene principio, no tiene fin, no tiene objetivo, no persigue, no castiga, surge a cada instante y por todo lo que te rodea.

El amor, todo lo puede.