PITA AMOR

 

LA UNDÉCIMA MUSA. 

PERSONAJE ICÓNICO, EMBLEMÁTICO, TRASCENDENTAL EN LA CULTURA DE MÉXICO.


PECULIAR EN EXTREMO, EXCÉNTRICA. MAGISTRAL Y ÚNICA. DIFERENTE Y ESPLÉNDIDA EN TODA LA EXTENSIÓN DE LA PALABRA.  ES

GUADALUPE AMOR


PITA AMOR


Nueve musas en la mitología griega. No es poca cosa ser llamada 

LA DÉCIMA MUSA

Como tampoco lo es ser

LA UNDÉCIMA MUSA

Las dos, mexicanas


Sor Juana Inés de la Cruz

(Juana de Asbaje  Ramírez de Santillana)

Y


PITA AMOR.



Pita Amor es una de las mujeres más geniales que he conocido en mi vida. ¡Sí! Tuve esa fortuna, la tengo. La guardo y la conservaré siempre. 

Diferente porque no se sujetaba a cánones establecidos. Porque era peculiar, su mente trabajaba a un ritmo muy diferente de los demás humanos. Para ser más precisa, se decía que "estaba loca". Pues esa llamada "locura" la hizo ser especial, llenar de momentos mágicos dondequiera que se paraba.



Tuve la fortuna de convivir con ella durante años. Era paseadora incansable de la Zona Rosa de México (bautizada así por el pintor José Luis Cuevas en honor a la vedette Rosa Carmina). Caminaba con su bastón como si no conociera el cansancio, mas lo hacía despacito y  se notaba su presencia por el sonido peculiar de dicho bastón.


Es tía de una de nuestras más grandes escritoras, Elena Poniatowska. Hay una anécdota que muestra totalmente la personalidad de Pita. Se autodefine como una DIOSA y le dice a Elena que "no se compare con ella, ya que es sólo una pinche periodista".  No, no nos asustemos. Ella era así, irreverente y única.  



PITA Y YO


 Conocí a Pita cuando laboré en el Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales, ya extinto. Le preparamos allí varios recitales de poesía, que eran todo un acontecimiento. Su maravillosa memoria era algo impactante. García Lorca, Machado y los poemas de su autoría. No dudaba en una sola de sus estrofas. Su voz, de una fuerza y vigor incomparables, llegaba al último rincón de un Auditorio con un espacio para quinientas personas sin necesidad de micrófono. El público la escuchaba extasiado. Aplausos a rabiar. 



 EN CASA DE PITA


Fui a buscarla para uno de esos eventos en un auto de la Dirección y el chofer nos aguardaba en la glorieta que circundaba a su pequeño apartamento, él sabía que no debía desesperar y simplemente estar allí mientras nosotras bajábamos, con Pita podía suceder cualquier cosa especialmente en relación a los tiempos. Y así fue. No había celulares, por tanto así debía ser: simplemente, esperar. 


¡Y qué lástima que no los hubiera! Me hubiese agasajado tomando lo que llamo ahora "mis recuerdos" en un lugar único. Pero claro, esto con el permiso de Pita, pues jamás hubiese obtenido de ella un material sin su aprobación. (O simplemente algo para mi historia que nadie más pudiera ver).  Conociéndola es muy probable que accediera,  pero entonces su recital se hubiese retrasado aún más. 


Bueno, los recuerdos de aquella noche mágica están en mi mente y en mi esencia. Yo llegué por ella muy puntual, y se retrasó hasta para abrirme la puerta. Había en la entrada un pequeño sillón, así que aguardaba yo cómodamente. Y la sorpresa fue cuando ella abrió para pedirme que entrase. No lo esperaba, ella era todo un enigma. 


Ahí comenzó un tiempo lleno de una atmósfera que sólo ella podía provocar. Era un cuarto muy pequeño en donde era palpable que a Pita no le importaba atesorar cosas materiales, excepto sus joyas, que tenía todas acomodadas en un cojín de terciopelo rojo. Por lo demás, pocas posesiones: unos cuantos muebles antiguos como su cama, un banquito, un sillón y un tocador. 


Allí aguardé un poco preocupada por los minutos que pasaban sin que ella tuviese ningún cuidado al respecto: era una DIOSA (ella así decía) y como tal, su público debía aguardar. Mi preocupación era porque todos los eventos se llevaban a cabo a la hora precisa. Sin embargo, mi propio Jefe, el Director de Actividades Culturales Felipe García Beraza, ya me había advertido. Él la conocía bien y por muchos años más que yo. 


Para tranquilizarse tomaba una combinación que me daba algo de temor: Diazepam, y Cognac. Le decía 


-"Pita, no vayas a sentirte mal". A una pastilla sobrevenía otra, otro trago. Pero ella muy segura de sí misma y con esa inolvidable voz 


-"NO TE PREOCUPES, ME CONOZCO".


PITA:  "ESTOY BONITA?"


YO: -"PRECIOSA PITA, IMPACTANTE".


Para ella no había términos medios ni adjetivos pequeños, ella debía ser denominada GRANDIOSA. Y  así, repetía esa y otras preguntas una y otra vez, y una y otra vez yo le respondía. 


         SUS VISITAS A MI OFICINA


Eran muy frecuentes, otro agasajo. Su bastón avisaba que ella llegaba. Y así, recitales en privado nos regalaba cada vez. Alguna ocasión a mí sola, cuando ya nadie estaba allí. Con la pregunta de "Qué te pareció" y la respuesta que ella esperaba y también merecía: "Maravillosa Pita, Extraordinaria". 

En una de esas visitas fue que me externó su simpatía y me pidió "Háblame de tú, eres una linda amiga". 


Y así, de repente iba y me pedía que la acompañara en sus caminatas por la Zona Rosa de esta linda Ciudad de México, siempre a visitar a alguien que consideraba importante o a alguno de sus afectos y dejarle algún poema, algún autógrafo. 


CENANDO CON PITA


Otra aventura. Fuimos tres amigos y ella. Por el camino, en el auto de uno de los compañeros, se quejaba amargamente de la ingratitud de alguien a quien apreciaba. A su estilo, lo repetía esperando siempre nuestro apoyo. 

Al llegar al lugar, las calles de Paseo de la Reforma que caminamos con ella iban con algunos consejos a mi persona que me sorprendieron : "NO TE COMPRES UN AUTO, O TE VOLVERÁS ESCLAVA DE UNA MÁQUINA". (Escuchó de mis planes al respecto durante la caminata). 

Termina de cenar y pasa por las demás mesas, a declamar. La gente, pasmada. 




Pita Amor, Guadalupe Amor, me ha dejado mucha riqueza interior. No habrá un personaje así, jamás. A su singularidad se le sumaba ese talento y esa memoria tan únicos. El haber sido yo de su agrado (no cualquiera, la verdad, tuvo ese privilegio) y regalarme su tiempo, es presencia en mí para siempre. Pita vive en mí, con mis amores nada lejanos, siempre presentes. Pita me sigue enseñando, ahora tengo la fortuna de encontrármela en este mágico medio  de internet. De esta manera deseo en verdad que los amigos del extranjero puedan conocer algo de ella. 


¡PITA NUNCA MORIRÁ! 


Aquí, uno de sus poemas. Este lo dedicó a la Virgen de Guadalupe.


Al final, uno de sus videos. Podremos escuchar su mágica voz.





POEMA --- Texto Completo


Tú, de tus plumas rodeada

Yo, contemplando los soles

Tú alumbrada por faroles

Yo encaminada a la nada


Tú, celeste y constelada

Yo te ofrezco girasoles

De amarillos arreboles

Tú, en ayate pintada


Yo, divina porque invento

Mi sangre y el firmamento

Tú por ciegos adorada


Yo ciega e iluminada

Tú mexicana imperial

Yo mexicana infernal.









Y un poquito más de ella aquí: 



Comentarios

  1. Solo por el hecho de que esta mujer tomara Diazepam con alcohol, cuando precisamente el Diazepam se toma para combatir la abstinencia del mismo, tiene mi simpatía.

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  2. Una mujer muy especial, sin ninguna duda, y como buena amiga, le has dedicado un bonito y tierno homenaje. Me encantó. Besos amiga.

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  3. Muy interesante esta entrada sobre Pita Amor, muy buen homenaje a su persona y a su obra. Saludos.

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  4. one of great and very special women...

    Thank you for sharing her biography .

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  5. FASCINANTE LO QUE ESCCRIBES BRINDO CON VOS Y CHAMPAGNE

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  6. Hermosa entrada, una mujer fascinante, gracias por ella, un abrazo

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