CHARLA ENTRE MUJERES

 Una tarde fría, con ilusión mucha gente iba a ver a su artista favorito. Eso tenían en común estas dos mujeres ya, desde ya: iban esa tarde/noche a ver al mismo artista.



Y bueno, muy temprano llegaron las dos, cada una por su lado. Claro que eso era muchísimo mejor que llegar tarde. Y así en la espera, buscan un lugarcito para sentarse. Y sin más, ¡A saber cuál fue la primera frase ni quién de las dos habló primero! Comenzaron a platicar como si se conocieran de toda la vida.


Del artista no mencionaron nada, curiosamente. Hablaron de sus vidas, sus vidas amorosas.  ¿Quién de las dos tenía más deseo a la vez  que necesidad de externarlo? Pues probablemente las dos, ¡Quién sabe! 


"¿Usted conoció el amor?"


Y la otra respondió sin lugar a dudas, tajante y rápidamente, con esa confianza con que se puede hablar con un ser desconocido. Sí, a veces es más fácil hablar con un desconocido. 


"SÍ!!! Pero... Casi me cuesta la vida.


"Fue hace muchos años. Era soñadora y romántica, me juraba a mí misma que si no era AMOR, no sería con nadie. Escuchaba a mis amigas hablar sus relaciones, mucha "libertad sexual", demasiada. ¿Y el amor? ¿Y qué era del amor, en dónde quedaba, qué importancia tenía?"


"Quizá usted idealizó el amor"


Una hablaba de usted, la otra tuteaba. No importa, la cuestión es que se estaban comunicando. 


Y le responde de nuevo igual de tajante, sin dudar ni un segundo:  "Sí! Eso fue" Pero me di cuenta de eso muchos años más tarde. Lo idealicé, sí."


"Yo soy divorciada", dice la otra. "Cómo se sufre cuando la engañan a una".


"Qué lindo, lo pudiste hacer. No todas pueden tomar la decisión".


"Sí, ahora respiro profundamente, ya estoy bien. Tengo dos hijos".


Y añadió


"Hay qué quererse a una misma".


De nuevo responde de la misma manera otro SÍIIIIIII rotundamente y segura de su respuesta.  


"Yo, no me quería a mí misma nada. ¿Tú crees que si me hubiera querido hubiera permitido todo lo que me hizo?" 


"Era mujeriego. Sí, me quiso los dos primeros años, nos enamoramos mucho. Después de esos dos años, volvió a él su naturaleza y se metió con una y con otra sin parar, y se daba el lujo de platicármelo. Creo que nada puede hacer a una mujer sufrir más que la traición y el engaño".


La mujer de la izquierda escuchaba muy, muy atenta. 


Y continuaba 


"Vas a creer que después de tantos años como han pasado, que de verdad, son muchos! Me ha buscado por internet y me ha encontrado?"


"¡Cómo es posible!"



"Sí. Así fue. Tuvimos comunicación vía correo electrónico".


"Ah, pero no se vieron".


"No, para nada. Todo fue comunicación escrita. Me dijo que necesitaba desahogarse, que había sufrido mucho en la vida y que había hecho mucho daño. Pero imagínate, creerás que aún por correo volvió a hacer daño? Me contó de su vida disipada. Sí, así la siguió viviendo. Y me contó sin ningún respeto".


Y repite la mujer de la izquierda


"La verdad que nos hacen sufrir, pero eso es porque no nos queremos a nosotras mismas. O no nos queríamos."


Y así en esa noche otoñal  (ya oscurecía)  en sólo unos minutos dos desconocidas platicaron, se desahogaron, fueron empáticas una con la otra. Nada importaban sus nombres, ni de dónde venían. No intercambiaron ningún dato como para ponerse en contacto después. Fueron solamente dos seres humanos, dos mujeres compartiendo su hondo sentir sin el pudor que da conocer al interlocutor, porque a una persona conocida uno no cuenta esas cosas, ni muchas otras. Se dio la magia de dos personas que estaban dispuestas a escucharse la una a la otra, la autenticidad era total en ese anonimato que no planearon. Nada estaba planeado y creo que así es como suceden las mejores cosas. 


La mujer de la izquierda, la que no se animó a tutear a su escucha, insistía en la cuestión de CONOCER EL AMOR, DE HABER CONOCIDO EL AMOR. Este era su punto primordial. 


Decía. "hay gente que NUNCA conoció el amor, y eso debe ser lo peor que le puede suceder a un ser humano".


"Por supuesto que sí. Yo quise morir, pero a pesar de aquel dolor, no me cambio por nadie porque sí, conocí el amor. Me di a ese sentimiento de manera total. Y sobre todo, me di cuenta de lo que yo soy capaz de amar.  Ahora estoy casada, amo a mi esposo. Son relaciones diferentes, mi esposo es amoroso y fiel, cariñoso y me cuida tanto!".


"Qué bueno que la vida la recompensó". 


"A ti puede pasarte exactamente igual. Eres muy joven. No sabes las sorpresas que te tiene preparadas la vida".



"Sí, lo importante es disfrutar cada instante, cada segundo y vivirlos plenamente". 



¡Pensar que solamente en unos minutos dos personas que jamás se vieron antes, pueden compartir! Así de simple, sincera y humanamente. 



"Conocimos el amor y salimos vivas de aquello que no nos mató sino que por el contrario, nos dio armas y elementos para la vida".  Este hubiese sido su resumen de la plática, si es que lo hubiesen hecho.



Y de pronto, la hora marcaba que ya debían entrar a la sala. Se despidieron cálidamente, como dos amigas que en muy pocas palabras conversaron algo que les era fundamental en ese momento, algo que evidentemente, necesitaban decir. Y caminaron en sentidos opuestos, dejando ver que sin importar la dirección que se siga, todas las personas vamos en el camino de la vida.


Para todos aquellos que creen en el amor verdadero, en la entrega total, en la fidelidad y en la lealtad. 






 









Comentarios

  1. Una historia que podría ser muy real, tengo que decir que he vivido algo parecido, encontrarme con una desconocida y hablar de muchas cosas. El destino quiso que me la volviese a encontrar y hoy en día somos grandes amigas. Que bien sienta cuando alguien te escucha y sobre todo cuando también escuchas lo que otros tienen que contar. Un abrazo muy fuerte amiga y que tengan un feliz domingo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Qué lindo lo tuyo Mar, las cosas que tiene la vida: volvértela a encontrar y ser grandes amigas. Divino. Divino ser escucha y a la vez, también escuchado.
      Un abrazo grande!

      Borrar
  2. Así es, Maty. A veces, se produce más comunicación entre dos extraños que entre conocidos o amigos, quizás precisamente por eso, porque son extraños y ello les otorga mayor libertad de expresión y apertura del corazón. Qué importante quererse uno mismo! Me ha recordado cuando voy en bus, y se sienta a mi lado alguna abuelita y me cuenta su vida, la abuelita habla y habla y yo sólo la escucho. Siempre he pensado también que estas situaciones ocurren para mitigar el silencio de la soledad. En cualquier caso, la comunicación es un hecho social y característica propia del ser humano, no deberíamos olvidarnos de conversar, de encontrar tiempo para ello. Un fuerte abrazo!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Qué bonito! Lo que haces al escuchar a la abuelita es brindar cariño y recibirlo a su vez, experiencias que te llenan y que valen, realmente valen la pena.

      Abrazo, Mayte!

      Borrar
  3. Muy lindo Maty. A veces las mejores conversaciones se dan así, como bien dices, entre desconocidos. Y en ese ejercicio de comunicación sanamos y nos sanan. Te dejo un abrazo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Sanación a través de empatizar con el otro, dando todo a través del interés en los demás. Lindo!
      Otro abrazo para ti, Ana 🌹

      Borrar
  4. Y eso que dicen que cuando dos mujeres se sientan a hablar, el diablo las observa y escucha para aprender. En este caso saldría decepcionado.;)

    ResponderBorrar
  5. Ambas “desconocidas” confiesan mutuamente el calvario de sus amores pasados. Coinciden en sus conceptos y se otorgan la mutua absolución, ya luego se alejan sosegadas, conservando el mismo anonimato que tenían al llegar.
    Es bonito encontrar una mano extendida, un prójimo atento, una palabra, un consuelo, aún de un “extraño” que se atrevió a ser la mano de Dios ante el dolor ajeno.

    Punto y aparte, analizando el diálogo de tu tema, es completo y complejo… Una de las mujeres siente que “el haber conocido el amor lo justifica todo” (incluso sufrir la traición), mientras la otra aprendió que es preferible atravesar el doloroso camino de la separación y no continuar con quien te hace sufrir, buscando otra oportunidad para empezar de nuevo y ser feliz.
    Son dos visiones distintas del mismo tema que me llevan a concluir que, quien confunde el amor con la ilusión siempre termina dañado. Pues la ilusión se asemeja tanto al amor que a veces nos parece lo mismo, pero no es real, es solo un espejismo. A lo mucho es, un cariño grande pero hueco; bonito, pero no valioso; dulce pero no pleno; bueno, pero no lo suficiente.
    De otro lado, amar se aprende amando y muchas veces para llegar al verdadero amor hay que atravesar más de una ilusión.
    Agradezco tu tema y la forma tan sublime que tienes para escribirlo, porque aperturas las puertas del pensamiento y de los sentimientos. Posees ese “toque” maravilloso que nos hace ponernos en la piel de otra persona, ayudarlo a cargar su cruz o aliviar el peso de la nuestra.
    Maty… ¡Mil gracias otra vez!

    ResponderBorrar
  6. Soy yo la que te agradece Juan Carlos todo tu tiempo, tu presencia, tu análisis y tus palabras. En verdad que sí, que el tema es más complejo de lo que pudiera parecer.
    La gente se enfocó más bien en lo de la confianza entre dos desconocidas que en el asunto que trataron. Muy buena tu reflexión, da para pensar otro poco.

    Me gustaría conocer tu blog, pero no encuentro cómo asomarme.

    Te dejo un gran saludo.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Tus comentarios son muy valiosos, te agradezco mucho que estés aquí y me pongas unas líneas. Gracias siempre!

Entradas más populares de este blog

LUCES Y MÁS LUCES

Me presento, mucho gusto!

VÁLVULA DE ESCAPE