IADICTO DIGITAL

 Necesito comenzar diciendo que mis palabras no pueden por más que lo intenten, alcanzar a la dimensión de este autor. Por tanto, ¡Nada como ir a su blog, que ahí está toda la verdad!  Pero, además de ello, descubrimos más de su mundo en las respuestas que nos da en la última parte de esta entrada,                 ¡No dejes de leer! ↓↓↓

Un blog más que especial. Se va por todos los terrenos, no olvida la parte humana haciendo sentir que lo actual, la tecnología, la digitalización, todo lo que ahora vivimos, no está peleado con los sentimientos.

Es un magnífico escritor el autor de este blog, IADICTO DIGITAL. TARKION es su nombre en el mundo digital, y en este de todos los días se llama Miguel Angel. Encontrarlo ha sido una sorpresa, un regalo y le ha dado un giro nuevo a los que estamos aquí. Intentamos expresar en todos los campos,  hay blogs para todos los gustos, los mejores son aquellos en los que el autor se expresa con honestidad y sin importar cuestiones que debieran ser secundarias como algoritmos, cantidades industriales de "likes" y cosas que en muchos casos llegan a ser necesarias para las personas que se dedican a ventas, por ejemplos. Pero para los que queremos escritura como tal, buscar esto sería un artificio innecesario y en realidad se escribe con honestidad sin pensar en más cuestiones.

Miguel es un maestro que segura estoy que aunque hace muchos años que no se dedica a esto, ha dejado una huella profunda en sus alumnos. Sin duda. Basta dar una vuelta por su blog para saber con quién estamos tratando. De allí , sigue adentrarse (se convierte en un lujo muy necesario) y una vez que lo has hecho,  ya no se sale.

Su escritura es deliciosa, cadenciosa. Invita a seguir sin parar y a más de dos lecturas  en cada artículo porque se saborea, es un disfrute total cómo une las palabras hasta dotarlas de una belleza con la que no solamente nos presenta una narración, sino que hace apreciar la magnitud de lo narrado de manera tal que "la vida en letras", "la vida en poesía" toma una altura preciosa en el pasar de cada instante de ella. ¡La vida es mejor con la literatura de Miguel! Dicho sin temor a exagerar. Además, autor de libros disponibles en Amazon y otros que están en proceso. 

Aparte de todo, ahora que cuenta con más tiempo,  ha logrado dar rienda suelta a su prolijidad. No hay género que se le resista, no hay tema que no aborde. Esto es debido a un padecimiento que él menciona aquí y que le da total libertad: cuestión de enfoques, ¿Verdad? Y de actitud, una lección de vida. 

ENTREVISTA REALIZADA A MIGUEL ANGEL LOPEZ MORILLO, "TARKION", AUTOR DEL BLOG IADICTO DIGITAL.COM

 

1. ¿Quién es Tarkion?

-R- ¡Ah, Tarkion! Es uno de los nombres que uso, sí (hubo otros: Quilmos, LoboAzul y más…). Pero detrás solo soy Miguel. Ya con 54 años, sigo siendo ese chaval que se quedó fascinado por dos mundos hace décadas: el de contar historias —una pasión que me acompaña sin falta desde los doce años— y el de la tecnología, que descubrí con la magia del BASIC en mi MSX allá por los ochenta. Desde entonces, mi vida ha sido un diálogo constante entre código y tinta, un cacharrear, aprender, reinventarme… y escribir. Mucho.

¿Alguien especial? Qué va. Nadie especial; o bueno, especial como lo es cada persona a su manera, porque únicos somos todos. Mi trayectoria ha sido de todo menos lineal. He vivido intensamente: infancia movidita, alegrías enormes, batacazos sonados, amor, dolor, ilusiones cumplidas y otras que se quedaron en el tintero. He dirigido equipos de desarrollo de videojuegos metido en el caos creativo de MMORPG como Black Age Online, he cofundado empresas como Autoloot Games, he trabajado en el mundo corporativo para gigantes como Orange y HP, he montado negocios propios que funcionaron y otros que me llevaron a la ruina. He bailado en la cuerda floja más veces de las que puedo contar y siempre he seguido adelante.

Si algo he sacado en claro de este viaje es que la vida te sorprende constantemente, que los sueños se pueden cumplir y que te ocurren cosas que jamás hubieras imaginado. Tarkion es solo la firma actual de ese apasionado por las historias y la tecnología, que ha vivido mucho y que aún tiene cuerda (y teclado) para rato… espero, jaja.

2.- Tu dedicación a este blog indica una gran vocación que quizá no solamente la conforme la escritura. ¿Cuál es tu vocación, o vocaciones?

-R- La ESCRITURA, así, con mayúsculas, es mi columna vertebral, mi pasión irrenunciable. Es más que una vocación; es una necesidad, una forma de respirar. Nunca he dejado de escribir, ni en las épocas más complicadas. Siempre he encontrado huecos, cuadernos, incluso servilletas para plasmar ideas, personajes, mundos. Mi cabeza es un motor que no para; eso de «tener la cabeza en las nubes» me define perfectamente, ¡y a estas alturas no pienso bajar!

Lo del bloqueo del escritor y la página en blanco… sé que existe, ¡vaya si existe! Por eso lo uso en mis artículos, porque son situaciones reales y las técnicas que comparto sé que funcionan. Pero, siendo honesto, mi mente tiene horror al vacío; si ve un hueco, ¡zas!, lo rellena con cualquier idea, por absurda que sea. Digamos que uso el concepto como recurso para ayudar, no porque lo padezca personalmente… Alguna vez he pensado que tengo algún defecto de fábrica que hace que siempre tenga algo en la cabeza, revoloteando y haciendo de las suyas con mis neuronas.

Y sí, está la enseñanza… Me atrae mucho eso de compartir y ver cómo a alguien se le enciende la chispa. Pero como me conozco y soy capaz de soltar aquí un rollo de tres pares, y sé que hay una pregunta específica sobre eso más adelante… ¡luego entramos en detalles, Maty! Que si no, nos eternizamos aquí y Merche seguro que me tira luego dardos a diestro y siniestro.

Además de la escritura pura y dura, he aplicado esa vocación en otros campos. Fundé portales para escritores noveles como CuentoyPoesia.net allá por 2004, he diseñado narrativas y sistemas para videojuegos, me adentré en la fantasía juvenil con La Pandilla Mágica y me publicaron relatos en antologías. El blog, IAdicto Digital, es precisamente eso: el lugar donde combino mis dos mundos, la escritura y mi lado «adicto digital».

Y la tecnología, claro. Me fascina. Es una herramienta increíble, un universo de posibilidades, pero no la vivo con la misma intensidad visceral que la escritura. Es la aliada perfecta para mis aventuras narrativas y digitales.

3.- ¿Cuál es tu mayor motivación en la vida, tanto en lo personal como en lo profesional?

-R- El motor que me impulsa… En  personal, sin duda, mi gente: mi mujer, mi familia, esos pocos amigos que son pilares. Son mi raíz y mi refugio. Y junto a ellos, la necesidad de hacer lo que me llena de verdad, que inevitablemente me lleva de vuelta a la escritura. Crear, contar historias, jugar con las palabras… es algo que necesito para sentirme completo.

Pero mi motivación va más allá. Me impulsa conectar con otros, aprender de ellos, compartir unas risas (sí, lo de payaso viene de lejos), intentar que mi entorno esté bien. Vivir cada instante con intensidad, amar, sentirme querido, compartir lo que sé —ya sea sobre escritura, tecnología o la vida misma— y aprender constantemente… todo eso me da vida. Fundar comunidades como CuentoyPoesia.net o trabajar en equipos grandes como en Caronte Studios también nacía de esa necesidad de conectar y construir algo con otros.

Mi blog es un reflejo de eso: un espacio para compartir mis pasiones (escritura, IA, tecnología, crítica…) sin filtros, para contar mis historias y conectar con quienes vibran con temas similares. La tecnología me fascina, sí, pero como herramienta para crear y comunicar; la motivación profunda siempre está en las personas y en las historias que nos unen.

4.- Fuiste maestro, y se te nota. ¿Qué te dejó la experiencia de estar frente a un alumnado?

-R- ¡Ajá! ¡Vamos al tema! Sí, la vena pedagógica está ahí. Estudié Magisterio y pisé un aula «oficial» durante un año. Fue breve, pero la pasión por enseñar y compartir conocimiento me ha perseguido siempre. Di clases particulares, en academias, cursos de graduado escolar en la mili y hasta formación a compañeros en empresas como Hewlett-Packard. Incluso me saqué el título de Formador de Formadores, más por vocación que por necesidad.

¿Qué me dejó esa experiencia? Satisfacción personal. Siempre he sentido una profunda aversión a la idea de que «la letra con sangre entra». ¡Qué espanto! Creo firmemente que se aprende disfrutando, con emoción, con ejemplos prácticos, con humor y jugando con lo absurdo. Mis malos recuerdos con algunos profesores me impulsaron a querer hacerlo de otra manera. Me encanta ver esa chispa en los ojos de alguien cuando entiende algo nuevo, se divierte y cuando conecta con una idea. Para mí, enseñar es, en esencia, compartir. Y esa es una de las cosas que más me satisfacen.

¿Por qué no seguí una carrera docente tradicional? La vida da muchas vueltas: la mili, viajes, amores, emprender negocios, meterme en el desarrollo de videojuegos… Siempre he sido muy inquieto, he buscado nuevos retos y no me ha dado miedo cambiar de rumbo o empezar de cero. Nunca me vi encasillado en un solo lugar o trabajo. Mi ilusión siempre fue poder dedicarme a escribir y a conectar con gente con pasiones similares, que es justo lo que hago ahora. Así que, de algún modo, sigo compartiendo y «enseñando» a través de mis textos y mi recién estrenado blog, que el 3 de mayo cumplirá tres meses de vida.

5. ¿Qué sientes cuando escribes?

-R- Es como entrar en un estado de flujo total, una especie de trance creativo. El mundo exterior se difumina, el tiempo pierde su tiranía y solo existe la historia que está naciendo entre mis dedos y la pantalla. Siento una mezcla muy particular: una profunda calma, una sensación de estar exactamente en mi elemento, pero al mismo tiempo una excitación vibrante, una curiosidad casi infantil por descubrir qué va a pasar, qué van a hacer los personajes, adónde me va a llevar la trama.

Escribir es, para mí, tan necesario como respirar. Es mi forma de procesar el mundo, de explorar ideas, de dar salida a todo ese universo interior que llevo construyendo desde niño. Por eso ahora, que puedo dedicarme a ello a tiempo completo, me siento increíblemente afortunado y lo vivo con una intensidad enorme.

Las técnicas y el oficio acumulados durante décadas ya no son un esfuerzo consciente, simplemente fluyen. Las palabras encuentran su sitio. Luego viene la parte de pulir, de corregir, de editar… que disfruto casi tanto como la creación inicial. Es un proceso completo que me absorbe y me llena como ninguna otra cosa. Si dejara de escribir, sentiría que me falta algo vital. Es una necesidad que, por suerte, parece inagotable.

6.- ¿El escritor nace, o se hace?

-R-  Mi respuesta es tajante, basada en mi propia experiencia: El escritor SE HACE. Con todas las letras. Con esfuerzo, con dedicación y con miles de horas de vuelo.

Llevo escribiendo 42 años, Maty, y te aseguro que lo que escribo hoy tiene poco que ver con lo que creaba hace una, dos o tres décadas. Ha sido un camino largo de aprendizaje constante: leer muchísimo, analizar a otros autores, experimentar con técnicas narrativas, escribir borradores infames, empaparme de lo que enseñaban otros autores sobre la escritura, corregir hasta la saciedad... En mi caso, no hubo un rayo divino de talento innato; ha sido trabajo, curiosidad y una pasión que nunca ha menguado.

¿Que existe gente con una facilidad natural asombrosa? ¡Por supuesto! Y es maravilloso. Pero eso no invalida la idea de que la escritura es un oficio que se aprende y se perfecciona con la práctica. He pasado por muchas etapas profesionales, desde dirigir equipos de videojuegos hasta trabajar en soporte técnico, y en todas ellas, la escritura ha sido una constante que he seguido cultivando. Creo firmemente en el poder del esfuerzo y la constancia. Y lo más importante para mí, más allá del resultado, es el placer y la plenitud que encuentro en el propio acto de escribir.

7.- ¿Algún ritual a la hora de escribir?

-R-  Rituales específicos, con horarios fijos o manías concretas, no tengo muchos. Mi vida ha sido bastante nómada y he tenido que adaptarme a escribir en circunstancias muy diversas. He escrito en bares, en trenes, aprovechando huecos imposibles entre reuniones o mientras dirigía equipos de desarrollo. Así que la adaptabilidad para mí fue muy necesaria.

Dicho esto, si puedo elegir, mis condiciones ideales son muy sencillas: tranquilidad y silencio. El ruido ambiental me molesta un poco, me saca de ese estado de concentración que me gusta. Prefiero la calma de mi espacio, a solas con la historia. Y sí, tengo una clara predilección por la noche. La quietud tiene algo especial que me ayuda a sumergirme profundamente.

Lo que sí es casi un «ritual» es la constancia y el volumen. Cuando estoy inmerso en un proyecto, escribo mucho, fácilmente entre 3000 y 5000 palabras diarias. No es una obligación, es que me sale así, es una necesidad casi física de volcar las historias. Salvo épocas puntuales por trabajo u otras circunstancias, raro era el día que no dedicaba tiempo a escribir. Era parte de mi rutina vital. Ahora, como comenté antes, y gracias a mi enfermedad, tengo todo el tiempo del mundo para escribir. Hasta que el cuerpo aguante, como aquel que dice, ¿no? jaja

8.-  ¿Te gusta la música?

-R- La música me acompaña en muchos momentos… excepto al escribir. Ahí prefiero el silencio para poder escuchar las voces de la historia en mi cabeza. La música me distrae, me saca de la narración. Pero para leer, para relajarme, para compartir momentos con mi mujer o amigos… ¡ahí sí!

En cuanto a gustos, sueno a tópico, pero soy muy ecléctico. Puedo disfrutar desde música clásica hasta Dire Straits o Pink Floyd, pasando por Queen y muchos otros… Y siento una conexión especial con el fado portugués; esa melancolía, esa saudade, me conmueve de una forma particular. El blues también me gusta, el jazz…

Ahora bien, hay géneros que no me entran: reggaetón, metal, funk, el flamenco… no conecto. Y nunca me ha gustado forzarme a que algo me guste. Recuerdo la típica frase de «tienes que escucharlo más». ¿Por qué? O algo me toca la fibra o no. No le veo el problema a que cada uno tenga sus propios gustos y disfrute con lo que le resuene. La música, como tantas otras cosas, o te emociona o te deja indiferente, ¿no?

Agradecimiento Final:

Y para terminar, Maty, muchísimas gracias por esta oportunidad. Ha sido un placer charlar contigo y rebuscar en el baúl de los recuerdos para responder a tus preguntas. Eres una maravillosa persona a la que considero ya mi amiga y amenazo con devolverte el gesto, porque ya estoy pensando en abrir una sección de entrevistas y tú serás la primera jajaja

 ¡Un fuerte abrazo!

La agradecida, soy yo y con seguridad todos los que le seguimos y disfrutamos de todo lo que Miguel -TARKION- representa: Alegría (leerlo es por demás ameno). Esperanza: al poder vislumbrar humanismo y valores que siempre andan dispersos, ante todo el VALOR HUMANO, que lo engloba todo). Literatura pura, carente de "poses", el lenguaje es su herramienta y la maneja con total destreza. 

      ¡Muchísimas gracias!

       Miguel Angel Murillo 

                TARKION

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Uno de los libros de Tarkion, disponible en Amazon.